El comité de empresa de Prysmian ha convocado este jueves 6 de noviembre una huelga de 24 horas en respuesta al despido de ocho trabajadores de su fábrica de Maliaño,  apenas una semana después de que se comunicara la conclusión del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que estaba en vigor hasta entonces.

La huelga se confirma tras concluir sin avenencia una reunión de mediación en el ORECLA (Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales), donde los sindicatos han solicitado la readmisión de los despedidos y un compromiso firme con el futuro de la planta que garantice los puestos de trabajo.

En un comunicado, los sindicatos de la planta productiva de fibra óptica de Maliaño denuncian que “los despidos han sido la primera decisión adoptada de manera unilateral por la empresa después de que el día 21 anunciara al Comité de Empresa que daba por concluido el ERTE en vigor (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) por considerarlo ineficaz y a pesar de que aún no se había ejecutado al 100%”.

“Apenas una semana después, el 28 de octubre, la Dirección convocó una nueva reunión, en la que la representación sindical esperaba abordar la negociación de un nuevo ERTE; aunque sin embargo, la empresa comunicó el despido de ocho personas, alegando causas productivas y organizativas, que se suman a otras cinco bajas recientes, alcanzando así un total de 13 salidas en las últimas semanas del total de 159 personas de la plantilla, 143 afectadas por el ERTE”, explica el comité de empresa.

El comunicado sindical agrega que “nos encontramos con una empresa que se niega a negociar alternativas al despido y a la destrucción de empleo y que adopta decisiones unilaterales sin ningún tipo de negociación, sin ningún criterio pactado, ni social ni profesional”. 
Los sindicatos recuerdan que Prysmian lleva dos años en ERTE, con el convenio colectivo caducado desde diciembre y sin intención alguna de la Dirección de negociar su renovación.

 Además, el comité de empresa sospecha que la intención de la empresa es descapitalizar y deslocalizar la producción de Maliaño para trasladarla a otra planta en Rumanía que cuenta con más de un millar de trabajadores y funciona con costes más bajos.

Por el contrario, el comité de empresa de Prysmian en Cantabria exige que se apueste por la fábrica de Maliaño y no descarta proseguir con las movilizaciones si la empresa persiste en su postura actual.